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El pasado y la historia de la persona ya indican la raíz de los problemas y dinámicas no resueltas del clan familiar.

En una fusión entre “pasado y presente“ se representan en una metáfora visual a través del árbol.

El círculo que lo enmarca representa el útero, la unidad, el ser supremo sin principio ni fin, la contención de la energía que fluye cuando nos adentramos en los campos fenomenológicos y morfogénicos.

Guiando el proceso Adriana, como una acompañante del camino, interviniendo sólo lo necesario, representada con la líbelula, te invita desde un vuelo a través del agua (la emoción) y que representa ese acto de ir más allá de lo que está en la superficie para tener la visión necesaria en las implicaciones y aspectos más profundos de la vida realizando ese viaje a tu interior de cambios y transformaciones que tienen que ver contigo, con lo no honrado e integrado, con tu historia, para llevarte a ese vuelo tan anhelado de auto-realización y amor propio.

La apertura del círculo en la parte inferior hace referencia a la importancia de las raíces del árbol con las leyes que la sustentan : pertenencia, orden y equilibrio.

El tronco y el círculo superior representan a la persona, recordando que el regalo de la vida se nos es dado de esa fusión 50 y 50 papá, mamá y que sólo tomándolos con todo lo que son nos abrimos a la vida sin ataduras, en total libertad. Las hojas del árbol nos recuerdan Madre tierra en su inmensidad con la fuerza de los 5 elementos, también el ciclo de la vida : Concepción, gestación, nacimiento, desarrollo y muerte.